miércoles, 23 de noviembre de 2011

gallegos 5

Al cruzar por delante de una vidriera, un gallego se ve reflejado en el cristal, lo que provoca que se pase todo el día pensando:
-¿De donde conozco yo a ese tío que estaba en la vidriera? ¿Donde lo he visto?-
Por la noche, ya acostado sigue dándole vueltas en la cabeza y al fin cae en cuenta:
-Coño, ¡ya lo se!, ¡Es el que se corta el pelo delante de mi en la peluquería!

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